El Programa Sociología en la Frontera tiene como objetivo explorar los modos en que se abordan, desde las Ciencias Sociales, fenómenos culturales, sociales y políticos contemporáneos, que solicitan el desarrollo de perspectivas teóricas y metodológicas innovadoras. Tal indagación se realizará con el propósito de, por un lado, recuperar y/o construir esquemas analíticos y conceptuales apropiados para la interpelación de esos fenómenos, y, por otro, de proponer alternativas metodológicas y modalidades de observación que habiliten la indagación empírica.
En síntesis, el tema que articula este Programa se entiende como una actualización del programa tradicional de la Sociología en tanto ciencia de las sociedades modernas que, como expresión de su tendencia inherente al cambio, desarrollan constantemente modalidades variables de la experiencia y la acción social, que modifican los límites y fronteras mismas de la sociedad. Esta variabilidad condiciona a la Sociología a una permanente reflexividad sobre sus objetos y sobre el modo como los concibe e investiga. También, este tema puede expresarse mediante tres interrogantes mutuamente referidas: ¿cómo se identifican y abordan fenómenos sociales, culturales y políticos inéditos?, ¿requieren estos, para su interpretación, del desarrollo de esquemas analíticos y conceptuales singulares?, ¿es preciso, para su abordaje, diseñar estrategias metodológicas innovadoras?
LA METÁFORA DE LA FRONTERA
Las actividades y apuestas de este Programa se articulan sobre lo que denominamos la «sociología en la frontera». La metáfora de la frontera se muestra particularmente fértil para englobar la serie de conjeturas teórico-metodológicas que fungen como puntos de partida de este programa y que se presentan en tres dimensiones: teórica, fenomenológica y metodológica.
En primer lugar, la idea de frontera remite al abordaje científico de un problema inédito, el cual cuestiona o coloca en entredicho las modalidades recibidas de investigación y observación. En un sentido más restringido, refiere a fenómenos específicos de un tiempo social que, en su novedad, claman por nuevas constelaciones conceptuales que los refieran. Es en la intersección de fronteras temáticas, teóricas y metodológicas donde puede generarse un espacio de intelección, comprensión y explicación que innove en las ciencias sociales, dando cuenta, precisamente, de las nuevas fronteras de lo social.
En segundo término, la frontera indica una serie de procesos o dinámicas socio-culturales concretas, vinculadas al cambio. Así, pensar en fenómenos de frontera es pensar en procesos que definen a la modernidad misma en tanto tiempo nuevo, acontecimientos o novedades, que cambian la geografía de lo social y los mapas que hasta este momento nos orientaban sobre ella. Es el caso de fenómenos como la migración, la multiculturalidad, la transnacionalidad, el flujo mundial de información, las nuevas modalidades de comunicación o la tematización de la dimensión social del cuerpo.
Todos estos reconfiguran los marcos de la experiencia social al promover la irrupción o el estallido de una frontera: el encuentro con el otro, la difusión de los límites nacionales, la globalización, la re-descripción de las coordenadas espacio-temporales y la corporeización de la experiencia y la acción social. A su vez, funcionan como indicadores de futuros posibles y de futuros pasados, configurando así una actualidad que, más allá de su apariencia caótica, nos enfrenta con la presencia de un orden complejo. Estos fenómenos de frontera indican cruces de camino en los que emerge la realidad social, procesos que se despliegan merced a la tensión entre el cambio y la persistencia o a la relación crítica entre el espacio de experiencia y el horizonte de expectativa. Todos los fenómenos aquí descriptos tiene, además, una especial resonancia en el contexto de los procesos contemporáneos en America Latina. En conjunto, dan cuenta de una nueva topología de lo social que reclama ser investigada.
Por último, la noción de frontera muestra un límite de la práctica misma de la investigación científica, lo cual se torna un acicate para la búsqueda de alternativas heurísticas, tanto en el plano epistemológico como metodológico. Colocarnos como observadores de esta frontera social y temporal requiere repensar los instrumentos y las prácticas con los que tradicionalmente se ha investigado. No sólo es pensar la frontera metodológica sino también la frontera profesional, de la actividad intelectual misma del investigador.
Esto tiene implicaciones de orden deontológico y de orden disciplinar. Entre las primeras, destaca la actualización del necesario compromiso del investigador con los problemas de su tiempo. Entre las segundas, la oportunidad de abrir los límites disciplinares al intercambio y la recepción de otras perspectivas, recursos y tradiciones.
CAMPOS DE OBSERVACIÓN Y ANÁLISIS
Las tres dimensiones que la metáfora de la frontera permite indicar y describir, a la vez que las sintetiza, se corresponden con campos de observación y análisis de los fenómenos de frontera. De manera congruente con esas dimensiones, estos campos se diferencian según su índole teórica, fenomenológica o metodológica. A continuación, se apuntan algunas referencias básicas que describen el carácter de cada uno de estos campos:
Campos de observación y análisis de índole teórica
- Se constituyen en rededor de una pregunta inicial: ¿qué objetos componen o configuran lo social en la frontera? Si los marcos normativos, las estructuras sociales, las organizaciones de la producción ya no estipulan los nodos de la explicación sociológica, ¿qué nuevas modalidades objetuales ocupan ese sitio?
Campos de observación y análisis de índole temática o fenomenológica
- Los límites temporales de la sociedad: rutinas y rituales, futuros presentes como proyecciones sociales, utopías y tradiciones, aceleración y cambio de las sociedades, los fenómenos de tradicionalización.
- Los marcos y tecnologías de la memoria social: la relación con el pasado, el problema de las generaciones y el traspaso generacional.
- La inclusión del otro como un problema para las modalidades establecidas de reconocimiento social. Tales modalidades, en tanto ordenamientos territoriales, políticos y culturales basados en el estado-nación, se trastocan en los diversos flujos (migratorios, informativos, comunicacionales, económicos, estéticos, etcétera) de la sociedad mundial. Emerge concomitantemente la puesta en crisis de la noción de colectivo integrado a partir de un núcleo valorativo común, un elemento cardinal de observación de la teoría social.
- Sociología cultural y del conocimiento. Las prácticas del pensar como un fenómeno social, en dos dimensiones: por un lado, la relación entre las semánticas históricas y el cambio social; por otro, los vínculos entre la práctica del pensamiento y los modos de su expresión, entendidos como actividad enmarcada socialmente. La innovación de la formas de “escritura”: fonética, icónica e indicial.
Campos de observación y análisis de índole metodológica
- Observaciones de fronteras: la observación de la observación. La innovación teórica y metodológica como modalidad de investigación de los los fenómenos de frontera.
- La práctica de la investigación y la “vocación” del investigador: retos para la formación de investigadores en problemas contemporáneos y el ethos de las ciencias sociales frente al problema de la innovación teórico-metodológica.
Recibo con beneplácito que se difunda un hecho tan importante los análisis y aportes de la investigación de frontera en Latinoamérica, sobre todo que se expanda en los ámbitos no académicos y que aquellos que por alguna razón tenemos inquietudes de conocer lo nuevo del conocimiento social, podamos hacerlo en un medio accesible como las redes sociales. Ojalá el conocimiento se difunda de manera masiva y en un futuro se pueda acceder a foros virtuales con expertos en esta frontera de conocimiento.